Jueves 10 de abril de 2025

Los museos ferrocarrileros

Una Red que se fortalece

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En los últimos años, la idea de un museo se ha ampliado, diversos autores, instituciones internacionales y ONG´S, han propuesto nuevas formas de pensar y crear un museo. Así también, los museos han pasado de ser recintos que conservan colecciones, a plantearse como espacios de aprendizaje, recreación y ocupación del tiempo libre.

Los museos ferrocarrileros en México son relativamente nuevos, a excepción del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, ubicado en la Ciudad de Puebla, mismo que se fundó en 1988. Los otros espacios se han ido creando desde hace más de 20 años, es decir, aparecieron con el siglo, son espacios muy especiales y que han estado teniendo transformaciones y redefiniciones en sus ofertas y servicios. Ante la urgente necesidad de conservar el patrimonio industrial ferroviario, la recuperación de las antiguas estaciones del ferrocarril, principalmente, fueron los escenarios para la reconstrucción inmediata de una forma de vida que fue difuminándose lentamente, así que ante la suma de esfuerzos de dependencias públicas y la sociedad civil, aparecieron los museos ferrocarrileros.

Un museo ferrocarrilero no puede ser encasillado en una definición o en una tipología, pues estos espacios, fueron convirtiéndose en los escenarios y recintos donde se han estado narrando las historias y las crónicas de las personas y sus comunidades. También han sido escenarios turísticos o espacios de difusión artística y cultural o de lectura. En resumen, son espacios vivos. Las vocaciones de los museos ferrocarrileros se han orientado a la cultura ferrocarrilera: los oficios, las personas, el lenguaje, los objetos personales, las historias, las memorias, las costumbres y expresiones artísticas en torno a la industria del ferrocarril, con el fin de promover el conocimiento y valoración a este patrimonio.

Los museos ferrocarrileros han logrado conservar, rescatar y difundir el patrimonio ferroviario, y ante la des-memorización, es decir, el ir perdiendo el sentido de las narrativas, se han promovido la vinculación con sus comunidades, las historias, sus personajes y sus oficios; provocando que estos espacios no caigan en el olvido e incluso en el abandono.

La actual vorágine del regreso de los ferrocarriles de pasajeros en México ha provocado en unos casos y coincide con muchos otros, en la necesidad de repensar los museos ferrocarrileros, ante la mayor conciencia de que en éstos es donde: se rescata, conserva y difunde el patrimonio  cultural ferroviario, pero también pueden y deben ser espacios de vinculación, gestión, difusión y promoción del arte y la cultura en sus comunidades, pues son museos de historia social, económica e industrial; museos comunitarios, museos de las artes y las culturas, museos y espacios vivos de encuentro, convivencia, intercambio, memoria y recreación.

 

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Crédito: José Francisco Palacios, Coordinador de la Red Nacional de Espacios Culturales y Museos Ferrocarrileros

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